martes, 30 de agosto de 2005
El Microscopio
Seguro que, cuando veáis la noticia en vuestros ¿televisores?¿monitores? (no estoy seguro ahora mismo de cómo les llamáis a estas alturas) os acordaréis de mi relato.
P4B10
Tenía que ser por casualidad: la casualidad quiso que estuviera aquella noche en el laboratorio. La casualidad hizo que se estropeara el mecanismo de retroiluminación del microscopio electrónico. La casualidad, que mirara a la pantalla en ese momento. La casualidad, que me fijara en aquel pulso de luz.
Se trataba de una célula humana. El zoom indicaba quince millones de aumento, lo que mostraba claramente el citoplasma. Intrigado, ajusté los parámetros de nuevo, centrando en la pantalla el objeto luminoso. Incrementé el zoom en otro millón de aumentos.
"Sí," - pensé - "parece como si tuviese luz propia. ¿De dónde vendrá?"
Cerré puertas y ventanas, apagué todas las lámparas del laboratorio, del pasillo, de la escalera... la luz continuaba. Cambié la orientación del monitor, aseguré las cortinas... ahí seguía. Si podía demostrar que emitía su propia luz, éste sería el primer cuerpo intracelular con esas características. ¡ Y donde hay luz hay energía!. Volví a incrementar el zoom del microscopio en otros diez millones de aumentos. La figura luminosa era redonda y emitía una luz rojiza. Otros cinco millones de aumentos y pude ver cómo a su alrededor giraban otros cuerpos más pequeños, reflejando su luz intermitentemente. Pensé en la diferencia de temperatura entre el objeto luminoso y los pequeños cuerpos de alrededor. Debía ser impresionante...
Fijé mi atención sobre un minúsculo cuerpo azulado, que giraba alrededor del gran objeto central. Mientras giraba formando una elipse alrededor del objeto luminoso, giraba también sobre su propio eje, como si alguien hubiera estado jugando al billar en tres dimensiones y lo hubiera lanzado tan lejos como la gravedad del elemento principal lo permitiese. Volví a subir el aumento, maravillado: se trataba de un objeto esférico, y la cara que quedaba oculta a la luz irradiaba también luz propia. Resultaba alucinante observar como, a medida que iba girando sobre sí mismo, las partes que quedaban a oscuras se iban iluminando, y se volvían a apagar al recibir de nuevo la luz directa del gran objeto luminoso. Subí el zoom diez millones de veces. Era realmente excepcional. Al observarlo desde más cerca comprobé que el objeto en sí no tenía luz propia. Miles de pequeñas fuentes de luz se iluminaban en la superficie de la esfera cuando ésta quedaba oculta a la luz del otro objeto.
Tuve que puentear varias conexiones y dejar inoperativos varios sistemas para asignar sus recursos al ordenador central, pero conseguí subir el zoom en otros diez millones de aumentos. Me llamó poderosamente la atención una zona que, cada vez que entraba en las sombras, se iluminaba con un gran círculo de color violeta, único en toda la superficie de la esfera. Gracias al simulador pude comprobar que se trataba siempre de la misma zona. El fulgor violáceo aumentaba ligeramente por cada vuelta de la esfera. Necesitaba más recursos si quería acercarme más aún. Desconecté todos los sistemas auxiliares y los asigné al sistema principal.
Al cabo de poco rato pude observar como de otra parte de la esfera se elevaba una fina columna rojiza, para volver a caer en otro lugar diferente del cuerpo. Al instante, desde la zona donde había caído la estela, se elevaron docenas de estelas iguales en dirección al sitio de donde procedía la primera. Antes de que llegaran, volvieron a elevarse docenas desde el primer sitio. Fue increíble ver como se cruzaban las estelas en el aire, sin chocar entre sí. Al tocar superficie las primeras estelas, observé que a su alrededor crecía una graciosa nubecilla de vapor. Eran tantas que la zona entera se cubrió de vapor irisado. No se había disuelto cuando el segundo grupo tocó suelo a su vez. En este caso fue aún más espectacular, porque donde cayeron estaba a la sombra. Todas las lucecillas que salpicaban la zona se apagaron al instante, y esta vez cada nube de vapor venía precedida por una hermosa luz anaranjada. Cuando las nubes se juntaron, toda la zona quedó iluminada de color naranja. Estaba maravillado con la hermosa reacción en cadena, pero sospechaba que necesitaría más definición para poder explicar tan extraños fenómenos. Y esto significaba dinero. Con lo que acababa de descubrir, el Instituto me concedería un aumento de la beca. Ya me veía recibiendo el Nóbel: "Científico del Instituto Astrofísico de Palo Alto, California, descubre las partículas intercelulares capaces de explicar las leyes que rigen el Universo." Decidí avisar al director del área de investigación para mostrarle la extraña esfera. Después podría pedirle el aumento.
Nada más salir al pasillo, supe que algo no iba bien. Una luz violácea inundaba todo el edificio. Me acerqué al amplio ventanal. Eran las dos de la mañana, y la luz violeta inundaba hasta donde alcanzaba la vista. "Estoy soñando" - pensé. En la planta baja encontré a la secretaria del director, que bajaba corriendo las escaleras. "Sara, ¿qué sucede, por qué corres?" - le grité antes de que se escapara por la puerta lateral. Sara se detuvo apenas un instante para gritarme: "¿No has visto el cielo? ¡La guerra acaba de empezar! Toda la Costa Este ha sido arrasada y una gran nube radioactiva se dirige hacia aquí. ¡Moriremos todos, esto es el fin! "
Me precipité escaleras abajo hasta mi despacho. No podía permitir que mi descubrimiento desapareciera conmigo. Comencé ha redactar un mensaje. Si lo enviaba a toda mi libreta de direcciones, alguien lo recibiría... Me interrumpió el jefe de seguridad, que venía - literalmente - barriendo todos los despachos y echando a todo el personal:
- "¿Qué haces aquí todavía? ¿No sabes que la guerra ha comenzado? Para colmo, el microscopio electrónico está a punto de estallar. Se ha producido una reacción en cadena porque alguien ha colapsado el sistema de aumentos, consumiendo todos los recursos del sistema; los servidores de seguridad han sido desconectados... ¡Corre, va a explotar!"
- "¡Tengo que enviar este informe antes de que la nube llegue aquí. No permitiré que este descubrimiento quede en el olvido!" - le grité mientras machacaba furiosamente el teclado.
- "No saldrá. Alguien ha reasignado los recursos del servidor de correo al servidor de imágenes del microscopio. ¡Olvídalo y corre!" - me gritó mientras corría hacia la salida.
Como cada mañana, Robert recogió el periódico y se sentó ante el café, que le esperaba humeante. Comenzó a leer, somnoliento. Segundos después estaba despierto como si llevara horas levantado:
Diario de Sydney Martes, 19 de diciembre de 2006.
LA GUERRA HA COMENZADO. EL FIN DEL MUNDO ES INEVITABLE
A estas horas, los Estados Unidos de América se encuentran bajo una nube radioactiva. Todo el continente americano está afectado, y la nube se desplaza a gran velocidad por el Pacífico. Se calcula que estará aquí en menos de catorce horas.
Todo comenzó cuando el Sistema Automático de Defensa de los EEUU (SAD) detectó un aumento irracional de radioactividad en Palo alto, CA. El sistema reaccionó en menos de diez segundos, enviando una andanada de misiles intercontinentales a Moscú, Pekín y Seúl. Los chinos y los coreanos no llegaron a reaccionar, pero desde la estepa siberiana partieron inmediatamente cincuenta misiles dotados de cabezas nucleares, que impactaron en Washington, New York y las principales ciudades de la costa este americana a las 08:06 a.m., hora local. La inmensa nube radioactiva recorrió todo el subcontinente en menos de cuatro horas. Se calculan en millones los muertos sólo en los EEUU.
Al cierre de esta edición, la nube llevaba recorrido un tercio del océano. Se calcula que llegará aquí esta misma tarde. El gobierno ha decretado el estado de excepción. Se recomienda a la población que no salga de sus casas. Nada se puede hacer para evitar la hecatombe. Europa, Asia y América del Norte yacen ahora mismo sometidas a temperaturas cercanas a los 300º C. Las comunicaciones intercontinentales están interrumpidas.
Sólo nos queda rezar.
lunes, 29 de agosto de 2005
La lámina Riotinto
Ejercicio 6: La lámina Riotinto
Hace unos ciclos se encontró en el paraje conocido como SPN, al sur de lo que los antiguos pobladores llamaban ‘Europa’, el escrito mejor conservado en lengua arcaica. Gracias a él se pudo descifrar una de sus lenguas principales y su contenido fue crucial para conocer las razones del fin de su civilización. Al principio se pensó que la suya era una lengua universal autotraducida como la nuestra, pero ahora - gracias a las laminillas fortnóxicas (*) - sabemos que coexistieron varios lenguajes en diferentes puntos del planeta, si bien no ha sido descifrado el propósito del código de color utilizado en éstas.
La lámina Riotinto relata el fin de una era, y el dramatismo que subyace entre sus líneas nos debe mover a la reflexión. Por más que pueda parecer risible la ingenuidad de los pobladores, no se debería tomar a broma la decadencia de una civilización. Dos de saurios y tres de homínidos poblaron el planeta antes que nosotros. Nadie sabe lo que el destino depara a la nuestra.
Insto a estudiantes y aprendices a una lectura minuciosa y a la meditación sobre lo que la lámina contiene, tanto en su forma como en su fondo.
Espero sus trabajos en mi bandeja para el final de la próxima rotación.
LA LAMINA RIOTINTO (aprox. 3600 ciclos antes de La llegada)
“La roca llegó a Pasadena a finales del 2007. El proyecto había costado millones de dólares y se necesitaron dos años para diseñar un vehículo capaz de ir y volver al planeta rojo. 100 millones de personas pudieron presenciar en directo cómo la Mars Launcher lanzaba la primera sonda sobre la superficie del planeta.
El vehículo Mars Collector tardó un día completo en recolectar los fragmentos de jarosita, hematites y otros sulfatos que desvelarían la huella del agua en la superficie marciana. Mientras el Mars Collector desempeñaba sus funciones, la Mars Launcher enviaba otra sonda, con el Mars Spoon en su interior, sobre el polo sur del planeta. La misión tuvo menos éxito que la anterior, puesto que la nueva sonda desapareció de las pantallas nada más tocar suelo marciano. No obstante, y tras completar su sexta órbita al planeta, la Mars Launcher recibió en su interior al Mars Collector con su cargamento de rocas y emprendió el viaje de vuelta a nuestro planeta dos días después.
Tras ocho meses de viaje, la Mars Launcher dejó caer su preciado cargamento sobre el pacífico antes de desintegrarse completamente en nuestra atmósfera. Medio planeta aplaudió satisfecho el éxito del primer viaje de ida y vuelta a un planeta de nuestro sistema. Dos meses después, tras una rigurosa cuarentena en una cámara de vacío, los fragmentos de roca fueron llevados al laboratorio de la NASA en Pasadena, en medio de un gran espectáculo mediático. Una semana más tarde, una filtración a la CNN reveló que el laboratorio estaba en cuarentena. Nadie había sido autorizado a entrar ni salir desde 48 horas antes, y los familiares de los trabajadores del centro aseguraban que no tenían noticias de sus parientes desde hacía 72 horas.
La prensa especulaba con una posible infección, no detectada durante la cuarentena, que habría obligado a sellar el moderno laboratorio. Algunos testigos afirmaban haber visto entrar varios vehículos del Centro Nacional de Control de Epidemias. La Guardia Nacional custodiaba el recinto y había establecido un perímetro de seguridad de cinco kilómetros.
Dos días después, la comunidad internacional contemplaba asombrada cómo una sustancia de aspecto pegajoso y color ocre ocupaba el lugar donde horas antes se encontraba el edificio principal del laboratorio, de varios cientos de metros de largo y cinco pisos de altura. Todo había transcurrido durante la noche, y el fenómeno fue filmado por un helicóptero de la ABC News a la mañana siguiente. Las autoridades norteamericanas tuvieron que reconocer, en rueda de prensa, que "algún tipo desconocido de sustancia se había expandido de forma incontrolada desde uno de los cuartos estancos, haciendo estallar paredes y techos, y no habían conseguido eliminarla ni frenar su crecimiento en ninguno de los intentos que se habían realizado."
El Director del Centro Nacional de Control de Epidemias, Ralf Chainman, explicó que la guardia nacional había intentado reducir el extraño liquen de varias maneras, pero la única conclusión que habían sacado era que crecía al tomar contacto con el agua, lo cual había sucedido de forma masiva al reventar las cañerías de conducción del laboratorio.
"Estamos trabajando para aislar la sustancia, que tiene un PH extremadamente ácido, lo que impide cualquier contacto físico con ella" - afirmó.
Se levantaron voces en el mundo entero abogando por la destrucción inmediata del extraño cuerpo, cuya expansión continuaba ante la alarma general, a pesar de haber evacuado un radio de diez kilómetros a la redonda, haber cortado y vaciado por absorción canalizaciones de agua y rociado la superficie con un polvo hidrófilo que había quemado toda la vegetación en el radio indicado. Algunos científicos proponían el lanzamiento de bombas de vacío sobre el ente, otros su destrucción mediante explosiones, pero la NASA afirmaba que ambas cosas se habían intentado ya sin éxito, cuando el engendro tenía menores proporciones. Ante el horror de medio mundo, en menos de dos semanas la mancha había crecido hasta ocupar la mitad del estado de California y su límite se acercaba peligrosamente a la costa del océano pacífico.
Esta es la última noticia que tuvimos del "chicle marciano", como se le llamaba aquí en Huelva. De eso hace dos semanas, y todo lo que sabemos es que las comunicaciones con el continente americano están interrumpidas y los satélites del resto de las naciones únicamente muestran una mancha informe que ocupa toda la extensión del continente americano.
Por televisión nos muestran imágenes enviadas por el satélite en las que se puede observar que las aguas del Pacífico se han tornado de color negro desde la costa americana hasta las islas Marshall, mientras archipiélagos como las islas Hawaii, Fiji o Nueva Zelanda están cubiertas por una capa de varios kilómetros de esa sustancia ocre. Los habitantes de Australia huyen despavoridos hacia el continente asiático en cualquier medio de transporte que puedan conseguir y Japón se dispone resignada a una evacuación que se antoja en todo punto imposible. En el atlántico, al que la sustancia llegó una semana más tarde, la mancha negra se encontraba esta mañana a unos cientos de millas de las Azores.
Mi madre y yo hemos decidido no marcharnos del pueblo. Nosotros ya sabemos cómo se las gasta el Río Tinto, que discurre a pocos metros de nuestra casa. Todo el mundo dice que en Marte el agua era como la del Tinto, y aquí la vida nace de espaldas a sus aguas ácidas y corrosivas. Además, a dónde vamos a ir. Si la mancha sigue creciendo ocupará todo el planeta antes de un mes...
Madre pasa el día entero en la iglesia, rezando por los millones de desgraciados que han muerto en el último mes, aunque el cura se marchó ayer dejando el templo vacío y no hemos vuelto a verle.
Ahora en el pueblo sólo quedamos seis familias. Y la Sole, esa que decían que iba para modelo en París, se dedica a cepillarse a todo bicho con pantalones que encuentra, así que ahora está tumbada en mi cama - quién me lo iba a decir a mí - fumándose un winston muy despacio, como las actrices de las películas.
No creo que pasemos de esta noche, así que dejaré este escrito en la caja de caudales que dejó abierta padre antes de marcharse a Alemania. He pensado que, como la caja es de plomo, quizás el papel sobreviva y alguien pueda encontrarlo alguna vez.”
(*) Las laminillas fortnóxicas deben su nombre al paraje subterráneo donde fueron halladas, en el cual una inscripción en su lengua hacía referencia al nombre del lugar. Los alumnos que deseen subir sus calificaciones pueden ampliar la disertación con un comentario sobre las diferentes teorías suscitadas acerca de sus inscripciones grabadas, las similitudes y las diferencias entre ambos hallazgos.
Saludos a la gente del siglo XXI
Quisiera, pero no debo. Quisiera daros las pistas para resolver lo del cambio climático, las guerras, las diferencias sociales, quisiera daros ya mismo las claves para la convivencia y para un sistema social equitativo.
Pero no puedo. Si lo hiciera, cambiaría el curso de la Historia. Ese curso que nos ha llevado hasta aquí, con sus aciertos y sus errores. Soy consciente de las muertes y el sufrimiento que costará llegar hasta este punto: ni más de lo que costaron otros tiempos, ni menos de lo que es soportable imaginar.
Pero el proceso de aprendizaje es así, está basado en los errores y las lecciones que se extraen de ellos. Ni puedo ni debo escatimaros esas lecciones y las conclusiones a las que podréis - y podemos ahora - llegar a partir de ellos.
Sólo puedo, por lo tanto, dejar testimonio de una cosa: Sobreviviremos (sobrervivimos) a todo ello. El mero hecho de que esté escribiendo para vosotros ya lo indica.
A poco que reflexionéis, podréis imaginar que tampoco os puedo revelar ni el lugar ni la época exactos desde los que escribo, pero creo que sí os podré decir que vivo en La Tierra y que falta aún mucho tiempo para mi nacimiento - si es que estáis leyendo esto en la época en que se publicó (lo publicaré) originalmente.
Hoy por hoy es posible enviar una huella electrónica a través del tiempo. Hacia el futuro o hacia el pasado. No voy a explicaros el principio de funcionamiento de esto. A su debido tiempo lo descubriréis, podéis estar seguros.
Por hoy, sólo quiero deciros una cosa: "Ánimo. Vais a conseguirlo."
P4B10